Por: Jairo Alberto Castrillón
Para ser preciso la historia se empezó a escribir desde 1998 cuando DC United se metió en la lista de campeones históricos de la máxima competición de clubes de Centro América, por aquel entonces bautizada como Copa de Campeones de la Concacaf (le ganó al Toluca 1×0). De paso disputó la última edición de la extinta Copa Interamericana donde derrotó al Vasco Da Gama de Brasil, sumando un trofeo más al corto historial de una MLS que llevaba tres años luchando con una marcha insipiente, múltiples problemas internos, una tonelada de correctivos por tomar y sin un puerto de llegada seguro para los novatos dirigentes que comandaban este proyecto. Por eso lo realizado por Seattle Sounders el pasado miércoles 4 de mayo de 2022 (lo quiero escribir así para no olvidar la fecha), es un hecho no solo histórico porque al fin se ganó la preciada competición desde que cambió su formato en 2008, sino que confirmó que la MLS es hoy una liga distinta, sólida, con un norte definido y donde se juega a un muy buen nivel acallando, de paso, el volumen de sus más temibles detractores.
Este evento arrancó en 1962 y fue el Deportivo Guadalajara el primero en inscribir su nombre en la novel competición. Desde ese entonces el dominio ha sido casi siempre de los mexicanos, con alguna que otra escuadra de mezcladas nacionalidades que han atentado contra la hegemonía azteca. Inclusive desde el 2008, hasta este año, no había otro país filtrado en el registro de campeones. Todos los trofeo, salvo el de Seattle, se quedaron en los dominios de don Porfirio Diaz, Miguel Hidalgo o José María Morelos, entre otros.
Alianza de El Salvador en el 67, Transvaal de Surinam en el 73, Defense Force FC de Trinidad y Tobago en el 78, Violette AC de Haití en el 84, Olimpia de Honduras en el 88, algunos ticos como Saprissa y Cartaginés que dominaron entre el 93 y 95, se filtraron por allí hasta que por fin apareció el DC United en el 98 y el Galaxy de Los Ángeles, dos años después, para empezar nuestra joven historia.
El último campeón en el antiguo formato, que se retocó en el 2008, fue Pachuca que repetía en esa versión (ganó en 2007), mientras que el cuadro histórico en la prueba es América de México. Un equipo que todavía tiene a su haber el más alto número de partidos jugados (87), así como el de mayor guarismo de compromisos ganados (50).
Desde 2002, cuando se inició un proceso de metamorfosis, con los primeros ajustes a la competición, y que aún continúan en la próxima temporada 2023, los equipos de la MLS, aparte de Galaxy y DC que ya habían pintado su nombre en el mural del protagonismo, aparecieron muy pocas veces y se quedaron con las buenas intenciones cuando esto sucedió. Solo Salt Lake City en 2011 (que la tuvo a un pellizco), Toronto FC en 2017 y LAFC en 2019, habían logrado empotrase en la instancia final, pero no habían podido dar el último paso. Sin embargo, esta vez, de manera clara y categórica, el conjunto de Brian Schmetzer, liderado por un Nicolás Lodeiro curtido y con sed de revancha, junto a los botines letales del peruano Raúl Ruidíaz, lograron enfilar una fiesta que se extendió toda la noche después de que más de 68 mil almas se dieran cita al Lumen Field.
Si, es cierto que hay un gran sector de la prensa que desprecia este tipo de pruebas, el nivel de juego y la historia de este sector del continente, pero más cierto es aún que no necesitamos de su atención y reconocimiento para disfrutarlo a plenitud. El día que sigan de cerca y con atención lo que aquí sucede, entonces podré sentarme a debatir sus ideas. Por el momento, con lo poco que hacen, hago caso omiso a las majaderías y le doy al campeón el verdadero valor que se merece ante un rival que hace una semana parecía tener las garras bien afiladas.
Al club, los jugadores y su inclaudicable afición mis sinceras felicitaciones. No saben cuánto tuve que esperar para poder escribir una nota así. ¡Felicidades, campeones, una vez más!
